Vivimos en un entorno donde la manipulación es un medio por el cual el mundo  alcanza sus objetivos y propósitos a costa de los demás, sin pensar ni mirar en las necesidades del prójimo. Las personas se han convertido simplemente en herramientas que otros utilizan para satisfacer sus ambiciones. La publicidad y los telediarios (la televisión y medios de comunicación en general) son ejemplos de cómo se pueden manipular las masas, o a ciertos grupos por medio de las redes sociales (a la juventud con Youtube, por ejemplo). Y, como siempre, éste mal atenta con introducirse dentro del Reino de Dios. En ésta reflexión, el pastor Jorge Farfán nos invita a considerar el ejemplo de dos hombres: Amán y Mardoqueo. Uno de ellos utilizaba la manipulación para alcanzar sus objetivos, mientras que el otro se dedicaba a la oración ¿Cuál de las dos cosas mueve tu vida hoy? Te invitamos a descubrir cómo respalda Dios a quienes oran y las consecuencias que acarrea la manipulación.