Vivimos en una época en donde, como nunca, se añaden palabras nuevas a nuestro idioma. Casi a diario oímos términos nuevos que, con el tiempo, se hacen parte de nuestro hablar cotidiano. Nuestros abuelos seguramente se sentirán confusos al escuchar palabras como: xenofobia o etnocentrismo. Sin embargo, ambas nos hablan de cosas tan antiguas como la misma humanidad: el rechazo a nuestros semejantes. Pero existe una realidad innegable: entre las personas más diferentes hay cosas que las hacen iguales. Quizás hoy tu y yo nos veamos muy distintos a cierta raza o cultura, pero hay algo que nos hace completamente iguales a ellos frente a Dios: el pecado.
La Biblia nos relata una sencilla historia acerca de 10 hombres, que, a la luz de la visión de su época, eran personas muy diferentes, con barreras humanas y culturales que les separaban completamente, al punto de odiarse. Sin embargo, vivían juntos, porque tenían una enfermedad en común, la cual los motivó a que, unidos, buscaran a Jesús. Pero entre ellos, solo uno hizo la diferencia y recibió mucho más de lo que buscaba. Ésta es una historia de unos hombres que vivieron hace 2.000 años, pero es la historia de la humanidad de hoy. En ésta predicación, el pastor Jorge Farfán nos invita a reflexionar acerca de aquello que nos puede hacer marcar la diferencia entre tantos que buscan a Jesús. Tu cultura, raza o nacionalidad no te hace mejor o peor que otros, todos somos pecadores e iguales ante Dios, pero hay una actitud que el Señor busca en tu corazón, que hará la diferencia que ÉL tanto anhela en ti ¡Descúbrela!