La oración es vital en la vida de todo creyente, por eso la Biblia nos manda repetidamente a orar. Pero muchas veces la oración se convierte en una rutina que nos conduce a un monólogo egoísta en el cual nos centramos solamente en nosotros y nuestra necesidad, entonces no recibimos lo que pedimos, porque estamos pidiendo mal. En el antiguo testamento, encontramos la historia de una mujer que hizo una oración de la cual podemos sacar muy valiosos principios, y además encontramos instrucciones sobre la actitud que debemos tener durante los tiempos de oración y, muy importante, cuando finalmente recibimos lo que pedíamos.
En ésta reflexión, el pastor Jorge Farfán nos invita a reflexionar en cuál es nuestra actitud al orar, y nos desafía a imitar a ésta madre que, con su ejemplo, enseña a los cristianos de hoy a buscar y agradecer al Señor cada vez que venimos a su presencia en oración.