En la naturaleza encontramos mil ejemplos de pequeños seres que, solos y por separado, son diminutos e inofensivos, pero que cuando se unen a muchos otros de su misma especie, se pueden convertir en una plaga poderosa. De ésta forma, reflejan el poder del Creador. Nuestro Dios es Trino, pero es UNO. En la unidad de la trinidad se movió el poder que creó todo lo que existe, pues Dios dijo ¡»Hagamos»!
Jesús enseñó éste mismo principio universal a sus discípulos para que lo aplicaran en la Iglesia que estaba naciendo, y es un recurso poderoso que hoy está a disposición de las congregaciones cristianas de todo el mundo ¿Todavía nos hace falta sabiduría para entenderlo? Pues miremos el ejemplo simple de una especie de hormiga: la marabunta. Cuando su ejército unido sale, la selva africana tiembla.
En ésta reflexión, el hermano Pablo G. nos invita a mirar en las peculiaridades que han hecho famosas a éstas hormigas ¿Se pueden sacar enseñanzas aplicables a nuestras Iglesias? Después de todo, aunque estas hormigas no pueden leer la Biblia, aplican principios bíblicos en su forma de vivir, y eso las hace poderosas ¡Es tiempo que la Iglesia de Jesucristo se levante con poder para conquistar y hacerse conocer en el mundo de hoy! No seamos menos que la marabunta.