Es asombroso que el Señor Jesucristo escogiera a un grupo de hombres tan comunes, llenos de debilidades y de aristas, con poca educación, plagados de celos y envidia para que fuesen sus representantes en la tierra. Pero ciertamente, el Señor no los escogió por lo que ellos eran en el momento de ser llamados, sino por lo que iban a ser después. La vida de cada uno de aquellos hombres, con la excepción de Judas, demuestra lo que la gracia de Dios puede hacer con hombres ordinarios. Lo mismo que puede hacer contigo.
Marcos 16:14-18
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