Muchos cristianos, por no decir la gran mayoría, viven gran parte de su vida cristiana con profundos y arraigados sentimientos de inutilildad en la obra del Reino de Dios. Es muy frecuente oír comentarios de creyentes, aún de aquellos de muchos años en la Iglesia, los cuales expresan que no creen que Dios pueda usarlos para grandes ni pequeñas cosas. Frecuentemente nos sentimos personas demasiado comunes y corrientes, sin nada especial y extraordinario para que Dios quiera hacer algo a través de nosotros. Pero en el Evangelio encontramos una revelación impactante.
El Señor Jesús, en su paso por éste mundo, necesitó usar cosas comunes y corrientes para hacer el trabajo que el Padre le encomendó y para cumplir las profecías que de Él se habían dicho:
– Para entrar en Jerusalén buscó un burrito.
– Para compartir muchas de sus grandes enseñanzas buscó una barca.
– Para hacer dos de sus más grandes milagros solo necesitó una cesta con pocos panes y peces.
Y así podríamos hacer una larga lista descubriendo cómo el Señor hacía uso de cosas demasiado comunes y corrientes de su época para hacer su obra en momentos muy especiales.
En éste mensaje, el pastor/misionero Raúl Villamil nos desafía a cambiar nuestra manera de pensar, por medio de hermosos ejemplos de los Evangelios, y hacernos ver que, el Señor no solamente desea usarnos, sino que ya no está usando como herramientas útiles en el lugar en que nos ha colocado ¡Sí! Tu eres herramienta útil para el Señor.