Las sociedades modernas nos ofrecen un sin fin de servicios, ninguno gratis claro, y porque pagamos estamos acostumbrados a reclamar y protestar cuando alguno de esos servicios fallan. Ya no necesitamos ir a buscar agua al río o las fuentes como antaño, ahora la tenemos disponible en casa. Alguien más puede cocinar por nosotros, o sitemas automáticos pueden lavar nuestra ropa por unas monedas. Así la gente aprende solo a ser servida, y no incorpora el hábito del servicio a los demás. Y si hay alguien dispuesto a servir, solo será a cambio de otro servicio, pago o favor. Lamentablemente, ésta mentalidad se ha colado en nuestras Iglesias, donde mucho de los asistentes solo vienen con el ánimo de disfrutar de un «buen servicio», y si consideran que no han recibido lo que esperaban, tienen derecho a criticar o juzgar. En el Reino de Dios, el servicio es un asunto prioritario pero totalmente opuesto al concepto del mundo. En éste mensaje, el hermano Pablo nos invita a reflexionar, por medio de lo que la Biblia dice, enlo que Dios y Jesús esperan de nosotros ¡El servicio no es una opción, es un deber! Descubre lo importante de servir en el Reino de Dios, y sobre cómo el Señor espera que lo hagas.