Y procurad la paz de la ciudad
a la cual os hice transportar, y
rogad por ella a Jehová;
porque en su paz tendréis
vosotros paz. (Jer. 29:7)
Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría,
HECHICERÍA, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales os advierto, como ya os lo he dicho antes, que los que PRACTICAN tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio
propio; contra tales cosas no hay ley. Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y
deseos.
Gálatas 5:19-22