En toda la naturaleza observamos una estrategia de supervivencia muy habitual: el camuflaje. Casi cada ser vivo echa mano de alguna habilidad de mimetizarse con su entorno, algunos para poder cazar sin ser detectados por sus presas y otros para poder ocultarse de sus depredadores. El hombre mismo ha adoptado diversas maneras de camuflaje por muchas razones, incluso se esfuerza por copiar las habilidades de mimetizarse de muchos animales. Esto lo vemos, sobre todo, en las estrategias militares humanas. Pero la realidad es que el hombre utiliza mucho más su necesidad de camuflarse que solo en la guerra, muchos se esfuerzan por mimetizarse a diario con la sociedad que les rodea.
En la Biblia, vemos que Dios también incluye el camuflaje dentro de su estrategia de alcanzar a todo el mundo con el Evangelio, y el Apóstol Pablo entendió muy bien cómo hacerlo y sacarle el mayor provecho. En ésta reflexión, el hermano Pablo nos invita a reflexionar acerca de los peligros de apartarse demasiado del mundo, y los peligros de meternos demasiado en él ¡Pero la Palabra de Dios nos enseña cómo encontrar el equilibrio exacto! La cuestión está en nuestra motivación ¿Qué te motiva a ti a salir cada día a enfrentarte con éste mundo?