En todas las actividades humanas, siempre llega un momento donde se hacen evaluaciones al completarse períodos, tareas o trabajos. Es algo en lo que somos semejantes a nuestro Creador, ya que nuestro Dios, mientras formaba el mundo y el universo, hacía una evaluación al finalizar cada día, llegando a la grandiosa conclusión de que «Todo era bueno». Se acerca el fin del 2015, y en éste mensaje, el hermano Víctor nos desafía a hacer una autoevaluación de nuestras vidas en varios aspectos, pero especialmente en lo que tiene que ver con la comunicación y las relaciones interpersonales. Para ello nos lleva a meditar en los últimos días del rey David, cuando al ser ya un anciano lo podemos ver viviendo en soledad y necesidad, cosechando al final de sus años los errores de su vida. Evaluarnos objetiva y concienzudamente nos puede librar de repetir muchas equivocaciones, solucionar situaciones erradas, corregir caminos torcidos ¡Atrévete a autoevaluarte con la luz del Espíritu Santo! Dios te bendiga al oír éste mensaje.